Moda del siglo xvi
Mujeres
La vestimenta inglesa del siglo XVI es destacada por su los colores sobrios y apagados en los materiales , la sencillez y la modestidad en los cortes de los vestidos. El verdugado (un tipo de saya acampanada) a la corte Inglesa, que añade más rigidez a la moda femenina y será un requisito necesario para todas las prendas de vestir del siglo.
La cola del vestido era larga y formaba una gaza en el extremo para que se viese la enagua o se llevaba sobre el brazo. Los corpiños eran muy ceñidos, tenían escotes amplios y cuadrados con ribetes de ofebrería o joyas y se estrechaban gradualmente hasta rematar en punta por detrás, donde se ataban los cordones.
La vestimenta inglesa del siglo XVI es destacada por su los colores sobrios y apagados en los materiales , la sencillez y la modestidad en los cortes de los vestidos. El verdugado (un tipo de saya acampanada) a la corte Inglesa, que añade más rigidez a la moda femenina y será un requisito necesario para todas las prendas de vestir del siglo.
La cola del vestido era larga y formaba una gaza en el extremo para que se viese la enagua o se llevaba sobre el brazo. Los corpiños eran muy ceñidos, tenían escotes amplios y cuadrados con ribetes de ofebrería o joyas y se estrechaban gradualmente hasta rematar en punta por detrás, donde se ataban los cordones.
Los corsét bisagras o "cuerpos" con varillas de metal cubiertos de terciopelo , cuero o seda, se introdujeron hacia 1530, aumentado el número de mujeres que usaban el verdugado y las faldas se hicieron más rígidas y más amplias, ahora se llevaban abiertas por delante para que se viese la enagua. Alrededor de la cintura las damas llevaban un ceñidor adornado con joyas del cual colgaba una cadena con un pomo perfumado. Con el tiempo se hicieron cada vez más recargadas, con mangas intercambiables, anchas y acuchilladas, con bordes festoneados, y otra manga larga encima, vueltas hacia atrás para que pudiera verse la excelente tela o piel del forro. La mayoría de las mujeres usaban medias negras de estambre tejidas a mano y sujetadas por medio de ligas. La única prenda interior era el vestido camisero. La mayoría de las prendas de etiqueta las hacían sastres profesionales que trabajaban por encargo y utilizaban las telas y los adornos que suministraban los comerciantes de tejidos y complementos, que solían importar sus mercancías del extranjero.
Ley Santuaria
Las leyes que dictaban lo que la gente podía usar durante la época isabelina eran llamadas leyes suntuarias. Incluso si una mujer era rica, podía sólo utilizar un atuendo especial para su estatus. Si era de la familia real podía utilizar todos los colores o pieles que le gustaran. Por otro lado, su título, o su falta de él, limitaban las opciones en el guardarropa. Las duquesas podrían utilizar abrigos de piel, y las prendas para los títulos más bajos, pero nada púrpura. Sólo la realiza podía utilizarlo. Incluso en la parte de la ropa en la que se utilizaran los colores hacía una diferencia. Por ejemplo, sólo la realeza y las duquesas podían adornar sus ropas con oro, pero una vizcondesa podía sólo adornar así sus túnicas. Las esposas de los barones podrían sólo poner oro en sus enaguas.
Ley Santuaria
Las leyes que dictaban lo que la gente podía usar durante la época isabelina eran llamadas leyes suntuarias. Incluso si una mujer era rica, podía sólo utilizar un atuendo especial para su estatus. Si era de la familia real podía utilizar todos los colores o pieles que le gustaran. Por otro lado, su título, o su falta de él, limitaban las opciones en el guardarropa. Las duquesas podrían utilizar abrigos de piel, y las prendas para los títulos más bajos, pero nada púrpura. Sólo la realiza podía utilizarlo. Incluso en la parte de la ropa en la que se utilizaran los colores hacía una diferencia. Por ejemplo, sólo la realeza y las duquesas podían adornar sus ropas con oro, pero una vizcondesa podía sólo adornar así sus túnicas. Las esposas de los barones podrían sólo poner oro en sus enaguas.
Hombres
Vestian con enormes sombreros o chapeos, que les protegen del mal tiempo y de los azares de la vida en la ciudad. Solían llevar una especie de chaleco llamado coleto, fabricado en piel de alce o búfalo y reforzado con ballenas. Este chaleco, cubría el tronco y a veces, incluso las caderas, sirve para proteger a su portador de las heridas de arma blanca. Los nobles llevaban un jubón que ceñía el cuerpo y una especie de faldilla que llegaba a las ingles.
En el siglo XVI se usaron los greguescos, que eran pantalones cortos y holgados como sacos y en el siglo XVII se usaron los pantalones bombachos, largos y estrechos que llegaban asta debajo de la rodilla. El color negro fue el color dominante de la moda masculina en los nobles. Completan la vestimenta con una capa larga o una corta llamada herreruelo. La espada, que nunca falta en el vestuario masculino, se lleva suspendida del cinturón, una pieza de cuero o de tela que cuelga de la cadera. Los caballero llevaban zapatos negros de corcovan y en el campo botas de ante con zapatillas.
Leyes Santuarias
Los abrigos de piel, teñidos de púrpura y con adornos de oro, sólo eran para aquellos de la realeza, pero los duques, los marqueses y los condes podían utilizar estos revestimientos en sus capas, jubones, ropas y varios otros elementos. Los caballeros con el orden más alto de caballería, eran los únicos que podían utilizar capas púrpuras. Nadie debajo del título de vizconde o barón podía adornar su ropa con oro o plata. Los castigos por vestirse como alguien por arriba de tu rango podían ser tan graves como la muerte.
Vestian con enormes sombreros o chapeos, que les protegen del mal tiempo y de los azares de la vida en la ciudad. Solían llevar una especie de chaleco llamado coleto, fabricado en piel de alce o búfalo y reforzado con ballenas. Este chaleco, cubría el tronco y a veces, incluso las caderas, sirve para proteger a su portador de las heridas de arma blanca. Los nobles llevaban un jubón que ceñía el cuerpo y una especie de faldilla que llegaba a las ingles.
En el siglo XVI se usaron los greguescos, que eran pantalones cortos y holgados como sacos y en el siglo XVII se usaron los pantalones bombachos, largos y estrechos que llegaban asta debajo de la rodilla. El color negro fue el color dominante de la moda masculina en los nobles. Completan la vestimenta con una capa larga o una corta llamada herreruelo. La espada, que nunca falta en el vestuario masculino, se lleva suspendida del cinturón, una pieza de cuero o de tela que cuelga de la cadera. Los caballero llevaban zapatos negros de corcovan y en el campo botas de ante con zapatillas.
Leyes Santuarias
Los abrigos de piel, teñidos de púrpura y con adornos de oro, sólo eran para aquellos de la realeza, pero los duques, los marqueses y los condes podían utilizar estos revestimientos en sus capas, jubones, ropas y varios otros elementos. Los caballeros con el orden más alto de caballería, eran los únicos que podían utilizar capas púrpuras. Nadie debajo del título de vizconde o barón podía adornar su ropa con oro o plata. Los castigos por vestirse como alguien por arriba de tu rango podían ser tan graves como la muerte.
Las telas más costosas eran la seda, terciopelo, damasco, brocado y raso, y el paño de oro y el de plata, que se tejían con urdimbres de metales preciosos, a veces con una trama de seda de color. Esos tejidos, que procedían principalmente de Venecia y Génova, solían llevar suntuosos estampados de granadas, alcachofas, piñas, capullos de rosa, y coronas que se hacían con tintes brillantes. En el decenio de 1540, el escote cuadrado empezó a retroceder ante el cuello alto.